En un momento en que los contagios y las hospitalizaciones están creciendo de una manera significativa se hace difícil hablar de erradicación. Pero estamos convencidos de que antes de que finalice el año 2021, los españoles habremos conseguidos la inmunidad de rebaño gracias al avance de las vacunaciones. Evidentemente este pronóstico, la erradicación de la pandemia en 2021, tiene riesgos como puede ser que una mutación haga al virus resistente a las vacunas actuales. No obstante, nos parece una posibilidad poco probable que no forma parte de nuestro escenario central.
La tercera ola ahora vigente o el retraso en la entrega de vacunas por parte de las farmacéuticas no invalidan ni desdibujan nuestro escenario, simplemente lo retrasan. Nuestra tesis de erradicación antes del fin de 2021 es conservadora si la comparamos con las hipótesis empleadas por otras casas de análisis, pues algunas sitúan la inmunidad de rebaño antes del verano en Estados Unidos y en el Reino Unido y antes del fin del mismo en la Unión Europea.
¿Salud o economía? El eterno conflicto
El debate de si debemos optar por salud o por economía es estéril. Sin salud no hay economía y el distinto desenlace de los países en 2020 ratifica esta idea. Los países con menor incidencia del COVID-19 han sido los que menor destrucción económica han sufrido.
Estimamos que la economía española, en 2020, habrá caído un -11,0%, una cifra mucho más abultada que la de los países de nuestro entorno, pues según nuestras estimaciones durante ese periodo la economía mundial, también en 2020, retrocedió un -2,6%, Estados Unidos un -3,6% y la Eurozona un -7,3%. A lo largo de 2021 veremos una recuperación económica gradual gracias a la progresiva inmunización de segmentos cada vez más amplios de la población y a los importantes estímulos fiscales y monetarios existentes. Estimamos que el crecimiento económico será de un 5,5% en 2021 y de un 7,0% en 2022, alcanzando al final de este último año niveles similares al existente antes de la aparición de la pandemia de la COVID-19. La aceleración de la expansión en 2022 se deberá a la llegada de los recursos del fondo Next Generation EU (NextGenEU).
Evidentemente las estimaciones anteriores no están labradas en piedra sino que están sujetas a cierta incertidumbre. Como regla podemos apuntar a que cuanto menos tiempo necesite la solución de la tercera ola, cuantas menos nuevas olas haya y cuanto más veloz sea la vacunación, tanto mayor y más cercana estará la recuperación de la economía española, tan dañada en 2020.
Economía española en 2021: ¿que influirá en su recuperación?
El consumo privado irá dejando atrás los niveles tan deprimidos que alcanzó durante la pandemia de la COVID-19 a medida en que sean más livianas las normas de distanciamiento social dictadas para preservar la salud pública. No obstante, será necesario tiempo y acierto en las decisiones políticas para que la economía española en 2021 llegue a las cotas existentes antes de la irrupción del virus, pues las medidas y restricciones exigidas para preservar dicha salud pública han acarreado una nada desdeñable destrucción de riqueza.
Esperemos que el gasto público tenga su papel de estabilizador automático y que, al igual que se expandió en momentos de contracción económica, no consolide esos niveles alcanzados en la crisis cuando aparezca la recuperación. Las cuentas públicas, tanto desde la óptica del déficit como del nivel de deuda, saldrán con una situación bastante delicada una vez superada la pandemia de la COVID-19, por lo que la eficiencia del gasto público no solo será una deseable virtud de este, sino también una exigencia para que sea viable, aumente el crecimiento y no haya problemas de refinanciación en los mercados.
Pero no solo el la política fiscal expansiva contribuirá a la recuperación económica, sino también las exportaciones; los principales socios comerciales de España, los países europeos, están en ese mismo proceso de inmunización y recuperación y el resurgir de su consumo arrastrará las exportaciones. No olvidemos que una vez que se corrigieron las colosales cifras de déficit por cuenta corriente en los años anteriores a la Gran Crisis Financiera, la balanza exterior española ha estado en una virtuosa situación de superávit, permitiendo así ir mejorando las vulnerables cifras de la posición de inversión internacional neta, situada alrededor del 70% del PIB.
El papel del turismo en la recuperación de la economía española en 2021
Economía española en 2021: ¿cómo será la nueva normalidad tras la recuperación?
Tras la desaparición de la pandemia de la COVID19 no volveremos al punto anterior, y no sólo por la intensa destrucción de riqueza que es un reto en sí mismo, sino también porque nos hallaremos en la “nueva normalidad”. Esta “nueva normalidad” se diferenciará de la anterior por el paso de gigante dado en la disrupción digital. La recuperación estará muy vinculada a que los agentes económicos, públicos y privados no cometan los mismos errores que en anteriores ocasiones, donde se han malgastado los recursos necesarios para financiar los sectores emergentes y que serán competitivos y viables en la “nueva normalidad” con el fin de proteger y de prolongar artificialmente la agonía de actividades y compañías que quedaron obsoletas como consecuencia del cambio de paradigma tras el salto digital. Oponerse a lo que Schumpeter llamó la destrucción creativa, la desaparición de las compañías que han quedado obsoletas como consecuencia del cambio tecnológico y la irrupción de otras nuevas que se benefician de la nueva situación, siempre tiene consecuencias funestas para la productividad, la competitividad frente al exterior, el empleo y la riqueza.
Estimamos que a medida que vaya quedando atrás la pandemia, el riesgo se trasladará desde el ámbito sanitario al político. Cuando España salga de esta situación lo hará con unos datos económicos bastante endebles como se verá en las cifras de la tasa de desempleo si realizamos el ajuste con los trabajadores en ERTE, en el volumen de deuda pública en términos de PIB, en el endeudamiento de empresas privadas con problemas de solvencia, en el abultado déficit público, en el persistente, creciente y ya importante déficit crónico del sistema público de pensiones, etc. No obstante, gracias a la pertenencia a la Unión Europea, España no solo dispondrá de fondos para financiar estas grandes necesidades de recursos, sino también para reestructurar su economía, corrigiendo las debilidades que tradicionalmente han tenido efectos indeseados tales como la dualidad del mercado de trabajo, una cifra de paro persistentemente mucho más elevada que los países del entorno, menos riqueza per cápita, más desigualdad, etc.
La reestructuración de la maltrecha economía española de 2020 exige que se acometan reformas que son bien conocidas por el consenso de economistas y de las que existen exitosos precedentes en otros países de los que se puede aprender de su experiencia. Si no se ha acometido ya esas reformas es por el coste político y social que tienen, al menos en el corto plazo. No pensamos que en esta ocasión se vuelva a perder la oportunidad, como ya ha ocurrido en el pasado, cuando se renunció a hacerlas o no se hicieron con el alcance necesario, pues el acceso a los recursos de NextGenEU está sujeto a una condicionalidad macroeconómica que exige acometerlas. Los endebles datos económicos con los que España saldrá de la pandemia no dejan muchas otras alternativas razonables, y para acometer las medidas serán necesarios acuerdos transversales que gocen del apoyo político y social suficientes. De ahí la entrada de la política en escena con papel de protagonista.
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