La longevidad, ¿qué oportunidades de inversión puede traernos?

El dato es asombroso: en apenas 100 años la esperanza de vida se ha duplicado. Si a principios del siglo XX, y en España, esta apenas alcanzaba los 40 años, hoy en día, según datos de 2019 de la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas), esta cifra se ha incrementado hasta alcanzar los 83,1 años: 85,7 años las mujeres y 80,3 años, los hombres. Perfectamente extrapolables al resto de países desarrollados, estos guarismos, sumados al fuerte descenso que vienen registrando los índices de natalidad en Occidente, se traducen en un claro vuelco de la pirámide demográfica; es decir, en estos momentos la humanidad vive un envejecimiento de su población.

De hecho, si se mantiene la tendencia, se espera que a mediados del presente siglo la esperanza de vida pueda rondar ya los 90 años de edad. Además, así lo ha indicado recientemente Naciones Unidas, 2019 fue el primer año de la historia en que el número de personas mayores de 65 superó al total de niños menores de cinco años. Todo este conjunto de cantidades enumeradas ayuda a entender la inmensa relevancia que ha adquirido el fenómeno conocido como longevidad (‘ageing’, en inglés), una megatendencia al alza llamada en las próximas décadas a influir de manera decisiva en los hábitos sociales, patrones de consumo, el devenir de la economía y, por supuesto, el desempeño de los mercados.

Una población cada vez más avejentada implica que la sociedad, a escala global, debe empezar a hacer frente a una serie de desafíos cruciales que van desde garantizar la viabilidad de las pensiones de las personas jubiladas hasta desarrollar soluciones innovadoras que permitan mejorar la calidad de vida de este creciente colectivo en todos los ámbitos e intereses que lo engloban (salud, cuidados médicos, cultura, ocio, movilidad, etc). Debido a ello, los fondos de inversión temática que apuestan por activos y valores vinculados a esta interesante megatendencia de futuro han ido ganando atractivo entre los inversores.

Sin duda, a causa de la evolución demográfica antes referida, la longevidad se erige como una formidable oportunidad para los ahorradores de obtener gran rentabilidad a medio y largo plazo. Si estás valorando la posibilidad de invertir en la megatendencia relativa a longevidad, no dejes de leer porque en este artículo encontrarás todas las claves que has de saber al respecto.

En términos globales, el envejecimiento paulatino de la población se constituye como una de las más importantes transformaciones socioeconómicas de la humanidad. Así pues, de aquí en adelante, y durante décadas, este fenómeno demográfico generará fantásticas oportunidades de obtener rentabilidad para aquellos inversores que depositen sus objetivos de ahorro a medio y largo plazo en activos pertenecientes a sectores ligados con el colectivo de la tercera edad y los productos y servicios que dichas personas consumen y demandan.

No obstante, resulta adecuado distinguir entre dos grupos: mayores de 65 años y los que superan los 80 años. ¿Por qué? Esta diferenciación responde precisamente al distinto tipo de vida y a las diferentes necesidades que tiene cada uno de ellos. Y es que, por un lado, siempre aludiendo a una mayoría y no a casos específicos, las personas con una edad comprendida entre los 65 y los 80 años presentan un perfil más consumidor; mientras que, por otro, los que ya han superado la barrera de los 80 años, debido al paso del tiempo, suelen sufrir mayor número de dolencias y complicaciones médicas, por lo que con frecuencia su forma de consumir está más centrada en productos farmacéuticos y servicios de atención y cuidados destinados a cubrir cualquier problema de movilidad y dependencia.

De cualquier manera, aludir a inversión en fondos temáticos con valores asociados a longevidad implica obligatoriamente hacer referencia al sector sanitario y sus múltiples ramificaciones. Y es que nadie escapa al transcurso de los años. Las personas de la tercera edad precisan, habitualmente, de tratamientos médicos prolongados o incluso permanentes, y se someten a intervenciones quirúrgicas y demás medidas asistenciales que persiguen preservar con éxito el estado físico y mental de los mayores. A este respecto, son cuantiosos los recursos económicos y toda la dedicación que las grandes farmacéuticas y demás corporaciones e instituciones del campo de la salud, públicas o privadas, asignan a investigar y desarrollar avances médicos capaces de curar enfermedades.

La innovación sanitaria también incluye la rama referida a la tecnología médica, que se ocupa de diseñar y fabricar dispositivos, como audífonos, marcapasos o rodillas y caderas artificiales, que pretenden mejorar las condiciones de vida de las personas de mayor longevidad. Asimismo, existe toda una vertiente relativa a la medicina preventiva que se esfuerza en retrasar, mediante acciones en el ámbito de la nutrición, el ejercicio físico y el nivel de bienestar, entre otros aspectos, la aparición de dolencias y dificultades en este colectivo de la población.

Aunque para muchos inversores en longevidad la salud es la parcela estrella, por las diversas ventajas previamente enunciadas, la innovación sanitaria no es el único sector donde el envejecimiento de la población está creando oportunidades de inversión a medio y largo plazo. La atención y el cuidado a las personas de la tercera edad resulta claramente otra área de actividad en la que invertir puede reportarte alta rentabilidad monetaria.

Hay que tener en consideración que el citado aumento del número de personas mayores de 65 años propiciará la aparición de nuevas demandas sociológicas y económicas hasta ahora inéditas. Y es que, a modo ilustrativo, este mayor número de personas de edad avanzada ya está creando la necesidad de construir nuevas residencias debido a que las instalaciones actuales destinadas a tal fin no cuentan con el espacio ni el volumen de camas suficientes para dar respuesta a esta alteración en la pirámide poblacional.

Además, se ha ido formando toda una vertiente especializada en lo que ha venido a llamarse ‘silver economy’ o economía de plata, en castellano. Este concepto incluye el extenso abanico de servicios especializados en asistencia, cuidado personal, viajes y alquiler de vehículos, ocio, estética, belleza, noches de hotel y un largo etcétera de productos y experiencias que contratan los miembros de la tercera edad una vez que comienzan a disfrutar de su jubilación. Hoy en día, invertir en fondos con activos que operan en los sectores anteriores se posiciona como una oportunidad inversora insuperable.

A su vez, las empresas de seguros y las reaseguradoras vienen firmando rendimientos especialmente significativos de un tiempo a esta parte a consecuencia de esta mayor longevidad de la sociedad. En resumen, el cambio en la pirámide poblacional está abriendo la puerta a un sinfín de ocasiones de inversión muy diversas. Prácticamente, no hay dimensión de la vida que no se encuentre influida por esta gran modificación socioeconómica. En la esfera laboral, como último ejemplo, vivir más años también incide en la manera en que los empleados se plantean su carrera profesional, cobrando ahora tremendo protagonismo en las empresas la formación y adquisición constante de nuevos conocimientos y habilidades.

Como sucede con otras megatendencias (sostenibilidad, nuevos hábitos de consumo, disrupción tecnológica, etc.), invertir en longevidad a través de fondos temáticos te permite ubicar tus objetivos de ahorro a medio y largo plazo en empresas de áreas distintas dentro de una misma tendencia, por lo que dotas de alto nivel de diversificación a tu cartera de valores y, al mismo tiempo, consigues reducir considerablemente el riesgo sobre el capital invertido.

Añadido al punto precedente, cuando fijas tus expectativas de retorno lejos del presente más inmediato, logras escapar de la inestabilidad bursátil diaria y sus constantes vaivenes en el valor de los activos. Si apuestas por la megatendencia referida a longevidad, tus miras siempre se ubicarán en el futuro, siendo muy consciente de que se trata de una irreversible fuerza de cambio global que marcará el ritmo de la economía y la sociedad que están por venir.

Retomando lo ya señalado con anterioridad en este texto, los activos que apuestan por impulsar las industrias y los servicios concernientes a longevidad están registrando un intenso grado de rentabilidad, que, debido a las perspectivas demográficas, no hará sino crecer durante los siguientes años. Asimismo, junto a todo lo esgrimido, no has de olvidar que la inversión en longevidad es una apuesta contundente que siempre redundará en tu beneficio propio; y es que cada uno de los avances y descubrimientos que se puedan llevar a cabo en la atención a las personas mayores, el cuidado de su salud y condiciones de vida repercutirán positivamente en tu bienestar el día de mañana, cuando llegues a la tercera edad.

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