Imagina invertir obteniendo mayor rentabilidad que los valores bursátiles tradicionales, asumiendo al mismo tiempo un riesgo inferior y encima pudiendo generar con tu inversión un impacto positivo, tanto para la sociedad como el medio ambiente. ¡Tres en uno! Parece increíble, pero es una realidad a tu alcance en los mercados financieros.
Se trata de la denominada inversión temática con criterios de sostenibilidad y este artículo te aporta todas las claves que has de conocer para maximizar tu estrategia inversora, mediante la participación en fondos socialmente responsables.
Megatendencias de inversión
¿Por qué invertir en empresas con menor impacto medioambiental?
De un tiempo a esta parte, la sociedad a escala global viene demandando cambios y nueva legislación en materia de sostenibilidad. Sin lugar a duda, el activismo medioambiental es, en estos instantes, una tendencia tremendamente poderosa que exige a los gobiernos e instituciones de todo el planeta que tomen medidas urgentes para frenar el calentamiento global, gran responsable del cambio climático y de sus nefastas consecuencias sobre la vida de miles de millones de personas.
Hoy en día, a modo de ejemplo, el agua dulce escasea en determinadas regiones del globo, la biodiversidad se empobrece en los ecosistemas, las sequías se cronifican, aumenta la desertización y desaparece la masa forestal que hace frente a la excesiva emisión a la atmósfera de dióxido de carbono (CO2) procedente de la actividad humana. La lista de problemas ecológicos es casi interminable. Se trata, por tanto, de una cuestión internacional que, por supuesto, afecta al mundo empresarial, a la esfera económica y al ámbito de la inversión en mercados desarrollados y emergentes.
Si los riesgos ambientales resultan claros, también lo son aquellos desafíos que las compañías deben asumir de cara a revertir esta difícil situación ecológica. Porque gracias a los avances tecnológicos, a diferencia de lo que se ha creído hasta ahora, el rendimiento económico no implica la explotación desmedida e insostenible del planeta y sus recursos naturales.
Asimismo, los ahorradores, cada vez más concienciados e identificados con esta necesidad de adoptar un modelo productivo respetuoso con la naturaleza (basado en aspectos como la transición energética, la economía circular y la movilidad sostenible), tratan de alinear sus inversiones con esos valores personales que rigen su vida. De hecho, un reciente estudio de la gestora de activos británica Schroders cifra en 61% el porcentaje de inversores globales que cree que todo fondo de inversión debe tener en consideración los factores de sostenibilidad a la hora de establecer su planificación inversora.
¿Qué ventajas puede ofrecerte invertir en empresas alineadas con la megatendencia relativa a sostenibilidad?
Ante la pregunta sobre el origen del éxito de estos instrumentos financieros, la respuesta descansa en múltiples razones. Por un lado, la sociedad mundial se halla frente al fin de la era de los combustibles fósiles, de modo que inevitablemente la economía internacional habrá de virar hacia posicionamientos más ecológicos. Por otro lado, los expertos estiman que este cambio de paradigma, respaldado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por Naciones Unidas, requerirá de un flujo de capitales anual superior a los 1.650 millones de euros.
Invertir en empresas que abracen la sostenibilidad se trata, y así lo subraya el dato anterior, de una irreversible megatendencia de futuro, destinada a marcar la evolución de los mercados durante las décadas que están por venir. A consecuencia de ello, apostar por fondos con activos comprometidos con la defensa de la sostenibilidad se caracteriza por consistir en una inversión a largo plazo, que resiste el paso del tiempo y las fluctuaciones o vaivenes bursátiles del día a día.
Curiosamente, esta cualidad de permanecer pese al transcurso de los años reduce el riesgo de las inversiones en este tipo de empresas. Y es que, junto a la profundidad geográfica y diversificación en la cartera de valores, tan propias de la estrategia inversora de estos fondos (invierten al mismo tiempo, por ejemplo, en energías alternativas y uso eficiente de los recursos, en construcción inteligente, digitalización o en proyectos para acabar con la pérdida de biodiversidad), los ahorradores además perciben que estos activos socialmente responsables serán las empresas líderes de sus sectores el día de mañana, aquellas que acapararán los grandes rendimientos. La legislación en todo el planeta tiende a endurecer los requisitos medioambientales, por lo que las compañías que más avancen proactivamente serán menos susceptibles de ser multadas por las administraciones y, además, harán menguar sus costes de productividad de manera anticipada.
Todo lo apuntado en este apartado viene a resaltar cuán importante se ha convertido hoy en día la vinculación afectiva que el ahorrador crea con el fondo en el que decide depositar sus objetivos de ahorro. Precisamente, dicho apego emocional, esa convergencia entre valores personales e inversión, es clave en el instante de escoger entre un instrumento financiero u otro, así como de cara a mantener la participación en un fondo temático.
¿Es posible invertir en empresas que aúnen rentabilidad económica y una mayor protección medioambiental?
Toda actividad, empresarial o económica, ocasiona un impacto en su entorno. La cuestión radica en decidir si dicho impacto será negativo o positivo. La inversión de impacto lo tiene claro: cualquier rentabilidad monetaria siempre debe ir acompañada de impactos positivos y beneficiosos para el conjunto de la sociedad y los ecosistemas.
Se encuentra muy extendida entre la sociedad la preocupación por las condiciones en que heredarán el mundo las generaciones futuras. Es ese sentimiento cada vez más común de que resulta imprescindible poner en marcha medidas que reviertan, o al menos frenen, el daño infligido al medio ambiente tras una prolongada explotación abusiva de los recursos. Debido a esto, son numerosos los expertos que anticipan que la lucha contra el cambio del clima ejercerá un fuerte impacto en el devenir de la economía mundial.
Respecto a las posibles fórmulas o los métodos para cifrar este impacto generado, no existe una herramienta única que sirva para todos los casos, sino que los valores baremados cambian en función de las inversiones. Por ejemplo, en el ámbito medioambiental, es habitual calibrar el impacto a partir de la reducción de la huella de carbono alcanzada o, lo que es lo mismo, el volumen de toneladas de CO2 que, gracias a la inversión, ha dejado de emitirse a la atmósfera.
BBVA, tu mejor aliado para invertir en empresas con menor impacto medioambiental
BBVA tiene un compromiso inamovible con la preservación del medio ambiente y, por ello, viene desarrollando un extenso catálogo de iniciativas dirigidas a promover el uso de energías renovables, y así reducir al mínimo posible el impacto medioambiental que la actividad de la entidad produce sobre el entorno. De esta forma, BBVA será una entidad neutra en emisiones de dióxido de carbono en 2020, lo que implica la obligación, por parte del banco, de eliminar la misma cantidad de CO2 que genera, para que el resultado final sea cero y no se incurra en un impacto negativo en la naturaleza.
El servicio Quality Funds de BBVA está formado por un nutrido equipo de expertos selectores que se encargan de localizar para ti los fondos socialmente responsables más atractivos, pertenecientes a las mejores gestoras internacionales.
Si quieres saber más sobre tus oportunidades de inversión temática en fondos socialmente responsables y cuáles son los beneficios que estos pueden reportarte, cuentas con toda la información al respecto en bbva.es o en la app de BBVA.