¿Cómo funciona un fondo de inversión?
Los fondos de inversión son Instituciones de Inversión Colectiva (IIC) que engloban las aportaciones de un amplio número de particulares o partícipes, que obtienen así participaciones del mismo. El patrimonio del fondo se invierte de acuerdo con una política de inversión preestablecida. Los responsables de esta cartera de inversión son un equipo de profesionales de la entidad gestora que trabaja bajo la supervisión de una entidad depositaria, que también se encarga de la custodia de los títulos.
El valor de las participaciones, denominado valor liquidativo, se calcula y publica diariamente. Este es el resultado de dividir el patrimonio total del fondo entre el número de partícipes, y ya lleva descontadas las comisiones de comisión y depósito debidamente periodificadas. Gracias a esta información, los partícipes pueden estudiar la evolución del fondo y elegir el mejor momento de compra (suscripción) o venta (reembolso).
¿Por qué son seguros los fondos de inversión?
Es innegable que prácticamente cualquier inversión lleva aparejada un determinado nivel de riesgo. Pero a pesar de que no se puede eliminar por completo la incertidumbre, los fondos de inversión poseen varias características que les convierten en un producto adecuado para todo tipo de inversor.
- Presencia de intermediarios profesionales: la gestión de la inversión en un fondo no depende del propio partícipe, que puede carecer de conocimientos sobre finanzas. Todos los fondos de inversión cuentan con un equipo de expertos que gestiona el fondo de forma profesional. Esta gestión profesional no solo garantiza una estrategia de inversión fundamentada, sino que además evita que el partícipe tenga que tomar decisiones de inversión especializadas.
- Sencillez: el funcionamiento de este producto financiero no exige una gran dedicación o conocimientos por parte del partícipe. El valor liquidativo del fondo aporta toda la información necesaria para tomar decisiones una vez adquiridas las participaciones.
- Transparencia y control: además de su valor liquidativo diario, todos los fondos publican un documento de datos fundamentales para el inversor (DFI). De este modo, todos los detalles sobre la política de inversión, comisiones, liquidez y evolución del fondo están disponibles para cualquier interesado. Asimismo, la actividad de la entidad gestora es supervisada por la entidad depositaria. Por encima de esta, se encuentra además la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el organismo competente para la supervisión de los fondos de inversión.
- Diversificación: como el patrimonio de los fondos es colectivo, el capital total es lo suficientemente elevado como para poder diversificar la inversión convenientemente. Normalmente, la inversión individual de un particular no es suficientemente alta como para distribuirla entre acciones de distintas empresas o sectores, así que el rendimiento de una única empresa puede tener graves consecuencias para el mismo por exceso de concentración. Sin embargo, la cartera de los fondos de inversión siempre se diversifica para reducir el riesgo.
- Liquidez: en la mayoría de los casos, los fondos ofrecen una elevada liquidez. Esta característica hace de estos productos de inversión una opción segura para pequeños inversores que necesitan disponer de su dinero en cualquier momento.
- Condiciones de las distintas modalidades: existen modalidades de fondos de inversión más seguras que implican un riesgo mínimo. Es el caso de los fondos monetarios o los fondos de renta fija, que invierten en activos con poca volatilidad. No obstante, los fondos garantizados son los únicos que aseguran la devolución de la inversión inicial y, en algunos casos, también una determinada rentabilidad una vez transcurrido el plazo establecido.
¿Qué riesgos existen?
Aunque el impacto del riesgo que supone invertir se ve mitigado por las características de los fondos, el rendimiento de las participaciones se ve afectado por diversos factores, como el tipo de activos y las condiciones del mercado o la divisa, que pueden aumentar o disminuir el valor liquidativo de un fondo.
Algunos tipos de activos son más volátiles y, por tanto, suponen mayor riesgo. Sin embargo, sus fluctuaciones constantes también implican una mayor rentabilidad potencial. Los activos de renta fija son más estables que los activos de renta variable, por lo que los fondos que invierten en los primeros suelen ser más seguros pero menos rentables. El binomio rentabilidad-riesgo es una de las claves de la inversión: Cuánta mayor es la rentabilidad esperada, mayor será el riesgo a asumir.
La volatilidad de los activos depende en gran medida de las condiciones del mercado, que representan también un riesgo importante para la inversión. Los mercados financieros dependen de la situación económica, política y social de la región en la que se encuentran y, cada vez más, de otras regiones, dada la globalización. Finalmente, las monedas utilizadas por distintos países también pueden ganar o perder valor en función de la situación que atraviese el mercado. Esta apreciación o depreciación de una divisa también puede constituir un riesgo para los fondos de inversión, aunque en muchos de ellos se cubre el riesgo divisa para que el partícipe no se vea influido por esta variable.