Un préstamo puente es un tipo especial de préstamo al que se recurre cuando hay una necesidad inmediata de financiación. Tiene carácter temporal, concretamente hasta que se obtiene el préstamo definitivo, siempre y cuando el deudor asegure un ingreso futuro. Es decir, se trata de una financiación de corta duración que se produce entre la tramitación de dos préstamos de larga duración.
Aunque un préstamo puente se puede solicitar para fines empresariales, su finalidad más frecuente es la de poder adquirir una nueva vivienda sin la obligación de vender de manera inmediata la actual. Por este motivo, es común referirse a él como “hipoteca puente”. Cuando se contrata este tipo de préstamos, se suele integrar en uno solo la hipoteca de la vivienda que se quiere vender y el préstamo puente que se destina a sufragar la entrada del nuevo inmueble.
Formas de pagar el préstamo puente
Cuando se solicita un préstamo puente para financiar la compra de una nueva vivienda sin haber vendido la vivienda que se posee, el deudor dispone de un plazo de dos a cinco años, según condiciones de la entidad financiera, para vender el inmueble. Mientras que de la hipoteca se pagan el principal más los intereses, como es habitual, durante los años de vida del préstamo puente sus cuotas se puede abonar de tres maneras distintas:
- Cuota con carencia de capital: solo se paga el interés del préstamo sin amortizar capital pendiente de devolución.
- Cuota especial reducida: se paga una cuota inferior a la que se abonará cuando se venda la vivienda actual. A pesar de esto, la mayoría del dinero aportado cada mes se destina a pagar los intereses del préstamo puente.
- Cuota normal: se amortiza el capital más los intereses.
Ventajas del préstamo puente
Inconvenientes del préstamo puente
Cinco años para vender una vivienda parece tiempo suficiente, pero en el mercado inmobiliario las incertidumbres están a la orden del día. Precisamente, la principal desventaja de este producto aparece si el prestatario no es capaz de vender la vivienda inicial antes del plazo establecido con la entidad bancaria. Si una vez terminado el periodo de carencia no se ha formalizado la venta del inmueble, se tendrá que devolver el total del préstamo, es decir, el principal más los intereses, lo cual conlleva un nivel de riesgo más elevado que en hipotecas fijas, variables o mixtas. Para evitar que esto ocurra, es recomendable pedir este tipo de financiación en momentos de crecimiento económico o de estabilidad del mercado inmobiliario.
Los préstamos puente son un producto financiero que entraña mayor riesgo para la entidad que otro tipo de préstamos como pueden ser los del consumo (entre los que se encuentra el Préstamo Online o el Préstamo Rápido de BBVA), por lo que se suelen pedir requisitos más estrictos para su concesión. Esto se traduce, normalmente, en que el solicitante deberá demostrar una mayor capacidad de solvencia o capacidad de cumplir con las obligaciones contraídas a largo plazo.
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