El desarrollo sostenible es la capacidad que tiene una sociedad para satisfacer sus necesidades básicas sin comprometer los recursos ni el ecosistema de las futuras generaciones. Un concepto con una meta por la que se trabaja desde hace muchos años y que, desde 2015, se sustenta en 17 pilares (conocidos como Objetivos de Desarrollo Sostenible) cuyo cumplimiento hace necesaria una fuerte inversión económica. Por suerte, la sostenibilidad está cada vez más arraigada en la sociedad, hecho que demuestra el aumento en las inversiones sostenibles en los últimos años. Y es que cada vez son más los que invierten su dinero para que este genere un impacto positivo tanto en materia medioambiental como social.
En el primer caso, hablamos de invertir, en mayor medida, en la lucha contra el cambio climático, lo que significa apostar por el uso de energías renovables o por un mejor cuidado de las zonas verdes, por poner dos ejemplos. En el segundo, destinamos nuestro dinero a luchar contra la desigualdad social (a todos los niveles) y, también, en impulsar la inclusión de las personas. Es cierto que, como cualquier inversión, se busca también un retorno económico. Sin embargo, no es el único motor de la misma.
¿A qué inversiones de desarrollo sostenible puedo optar?
El aumento en inversiones sostenibles que hemos comentado ha generado una mayor oferta. Hoy en día, podemos invertir en:
- Fondos de inversión clasificados como ISR (Inversión Socialmente Responsable) o ASG (que responden a criterios Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo): son aquellos productos que tienen en cuenta los factores financieros habituales, como son la rentabilidad o el riesgo, pero además incluyen criterios de tipo social, medioambiental o cívico..
- Títulos de empresas que dediquen sus esfuerzos a crear un planeta más sostenible y una mejor vida para los que lo habitan. Eso no exime de realizar también un análisis financiero de las mismas para comprobar si, además de ser cuidadosas tanto en lo medioambiental como en lo social, ofrecen también el grado de rentabilidad económica deseado.
- Bonos verdes y sociales: son títulos de crédito emitidos por instituciones públicas o privadas bajo el compromiso de invertir en un proyecto verde y sostenible.
También podemos invertir a través de ETF o productos indexados en índices bursátiles sostenibles, como el Dow Jones Sustainability World Index o el FTSE4 Good Global 100 Index (los más valorados del mercado). Estos índices incluyen a las compañías más grandes en términos de capitalización bursátil, responsabilidad social y ambiental.