Cuando se trata de reciclar, cada gesto cuenta. Menguar la producción de residuos que genera la actividad humana es tarea de toda la sociedad. Por ello, el reciclaje comienza dentro de las casas, arrojando menos cosas al cubo de la basura y separando adecuadamente los desechos según su tipología.
Para conseguir preservar el medio ambiente frente a los excesivos niveles de contaminación actuales (provocados por la acumulación en la atmósfera de gases de efecto invernaderos, residuos tóxicos en suelos y aguas, etc.) y poder establecer una relación más ética con la naturaleza, se ha hecho imprescindible desarrollar hábitos de consumo sostenible y poner a diario en práctica la denominada ‘regla de las tres erres’: reducir, reutilizar y reciclar.
En este artículo analizamos la ‘erre’ correspondiente a la palabra reciclar y, en concreto, cómo puedes hacerlo en tu hogar. No dejes de leer y descubre consejos útiles para conseguirlo, qué desperdicios se depositan en cada contenedor (recuerda que existe un código de colores) y, sobre todo, por qué es tan importante que recicles en los tiempos que corren.
¿En qué consiste el reciclaje?
¿Por qué es tan importante que recicles en casa?
La consecuencia de todo lo anterior parece clara: en un planeta finito, con materias primas limitadas, reciclar se transforma en un hábito básico para la supervivencia humana. No obstante, seguidamente se explicitan cuatro razones acerca de por qué has de reciclar a escala doméstica:
- No separar correctamente los desperdicios que se acumulan en las viviendas conlleva un difícil tratamiento de eliminación de estos residuos, algo que suele propiciar la llegada al ecosistema de desechos perjudiciales para el entorno. De esta manera, optar por no reciclar supone aumentar los ya desmedidos niveles de contaminación presentes en la atmósfera (en forma de gases nocivos), en el suelo de bosques y campos, y en mares, ríos y acuíferos de todo el mundo.
- Como se ha apuntado con anterioridad, reciclar limita la necesidad de explotar nuevos recursos naturales. Se trata, por tanto, de un ahorro en la cantidad de materias primas necesaria para fabricar productos. Así, extraer menos recursos del planeta da lugar a lo que se denomina un ‘círculo virtuoso’, debido a que no solo dejas de explotar cierta materia prima, sino que tampoco renuncias a los beneficios que esta genera cuando se encuentra en su entorno natural.
- Asimismo, con frecuencia el reciclaje puede ser una actividad divertida de realizar con los más pequeños de la casa, como si fuese un juego más. Y es que, gracias a sencillos gestos de reciclado, determinados objetos se transforman en otros totalmente distintos y adquieren una nueva vida útil (sucede, por ejemplo, cuando utilizas vidrios y botellas vacías a modo de macetas para las plantas que cuelgan de las paredes). Con estos ejercicios, educarás en la importancia de reciclar al tiempo que potenciarás la imaginación de los niños.
Consejos para que puedas reciclar en casa
Estas son unas recomendaciones destinadas a hacerte más sencilla la adopción y puesta en práctica de hábitos de reciclaje caseros que contribuyan a preservar el planeta:
- Siempre que puedas, evita los envases de plástico. Este material, por un lado, se obtiene a partir de ciertos derivados del petróleo (con los niveles de contaminación que su extracción genera) y, por otro, es difícilmente biodegradable, por lo que el medio ambiente apenas consigue procesarlo y reintegrarlo en la naturaleza. Además, beber en botella de plástico a la larga puede no resultar beneficioso para tu salud; es mucho más aconsejable sustituir estos recipientes por botellas de acero inoxidable o de vidrio.
- Por supuesto, di adiós a todos los artículos desechables, como los cubiertos y los platos de plástico, debido a que no son reutilizables y únicamente fomentan la compra continua de más productos, algo que revierte en gasto para tu bolsillo y obliga a extraer nuevas materias primas del medio ambiente.
- No tires comida en buen estado. Presta atención a que las cantidades de alimentos que cocinas no sean más de las que luego te comerás y, en caso de que sobre comida, aprovéchala para otros platos y recetas. Siempre puedes guardar el excedente de comida en la nevera por unas horas o incluso congelarlo.
- Cuando vuelvas del supermercado, utiliza tus propias bolsas para transportar los alimentos que has comprado. Asimismo, procura que las bolsas sean de tela; no se rompen tanto como las de plástico y ayudan al medio ambiente.
- Las pilas y baterías gastadas, siempre al punto limpio. Dada su toxicidad, arrojarlas a la basura resulta tremendamente dañino para la naturaleza.
- Reparar supone otra práctica esencial de reciclaje. En lugar de tirar todo aquello que se estropea en tu hogar, intenta arreglarlo o llevarlo a arreglar, ya que en numerosas ocasiones los fallos son consecuencia de un pequeño componente averiado y el resto del aparato funciona a la perfección. Cuando das una segunda vida a estos objetos, beneficias al planeta entero y también a tu economía, porque obtendrás ahorro al no comprar uno nuevo.
- El aceite has de reutilizarlo mientras te sea posible y, una vez que ya no tenga más usos, debes depositarlo en un punto limpio o en su contenedor específico. Tirarlo por el desagüe del fregadero solo provocará que se contamine el agua.
- Tampoco arrojes al cubo de la basura tus prendas de ropa antiguas o que ya no te pones. En vez de ello, regálalas a quien pueda necesitarlas (haz lo mismo con juguetes y mobiliario de los que te quieras desprender) o, si se hallan en mal estado, córtalas y empléalas para confeccionar trapos con los que limpiar el polvo de casa.
- Finalmente, tal vez sea el punto más importante de todos, recuerda depositar cada residuo que produces en casa dentro de su cubo de basura y contenedor de reciclaje correspondiente. Hay una clasificación cromática que te indica de manera visual qué tipo de desecho va en cada uno.
Separa los residuos desde casa
Antes de proceder a indicar los residuos que van dentro de cada contenedor de reciclaje (según su tonalidad o color), te facilitará en gran medida esta tarea disponer en tu vivienda de un cubo de basura compartimentado; es decir, un cubo de basura dividido en distintas secciones, para que en cada una de ellas puedas ir cribando los desperdicios que se generan en el día a día y que, de este modo, no acaben mezclados unos con otros.
Actualmente, existe un sinfín de modelos de cubos de basura, con diferentes precios y diseños entre los que escoger. No obstante, la funcionalidad más importante de este tipo de recipientes es que te permitan separar la basura para después poder simplemente tirar cada bolsa en su contenedor pertinente.
¿Qué debes depositar en cada contenedor de reciclaje (en España)?
- Contenedor de color marrón: restos orgánicos de procedencia animal y vegetal. A menudo, estos desechos son utilizados para producir abono (‘compost’) y biogás; este último se emplea en la generación de electricidad y resulta bastante más ecológico que el carbón y el petróleo.
- Contenedor de color gris: dentro de él se incluye todo aquello que no puede reutilizarse para fabricar compost.
- Contenedor de color naranja: siempre que esté embotellado y bien cerrado, en este contenedor se deposita el aceite de cocinar usado.
- Contenedor de color blanco: ubicados dentro de las farmacias, los contenedores blancos recogen medicamentos fuera de fecha o que ya no te son necesarios. Se recomienda depositar estos fármacos acompañándolos de su caja original y con el prospecto de instrucciones de uso.
- Contenedor de color verde: vidrio y envases de cristal.
- Contenedor de color azul: papel y cartón.
- Contenedor de color amarillo: envases de plástico para comida, latas metálicas de conservas, cartones de leche y papel de aluminio o transparente en los que envolver alimentos.
- Contenedor de color rojo: aquí se depositan los residuos hospitalarios y los insecticidas vacíos.
- Punto limpio: ya sean fijos (habitualmente, se hallan alejados del centro de las poblaciones) o móviles (vehículos), los puntos limpios se ocupan de recoger todos esos residuos que es peligroso que terminen en alguno de los contenedores previamente enumerados: electrodomésticos, bombillas, mobiliario, etc.
Si bien estos son los colores habituales que tienen los contenedores en nuestro país, existen casos puntuales en los que pueden variar ligeramente (según la comunidad).