20/01/2025

La presidencia de Donald Trump comienza oficialmente este lunes 20 de enero, marcando el inicio de un capítulo que promete ser tan disruptivo como su primer mandato. A diferencia de 2016, cuando su victoria fue una sorpresa, esta vez el equipo de Trump llega preparado para ponerse en marcha desde el primer momento, con un paquete de más de 100 órdenes ejecutivas listas para ser firmadas inmediatamente. Estas medidas abarcan áreas clave como comercio, inmigración, energía y desregulación, y prometen sacudir los mercados globales.

El enfoque de Trump en el "Día Uno" está diseñado para desmantelar muchas de las políticas implementadas por su predecesor, Joe Biden, y reinstaurar varias medidas de su primera administración. Sin embargo, la naturaleza impredecible de sus decisiones genera incertidumbre significativa, ya que aún no está claro cuántas de estas órdenes se implementarán de inmediato ni en qué forma.

Por ejemplo, en el ámbito comercial, Trump ha prometido imponer un arancel del 25 % a todos los productos importados de Canadá y México. Esto sería una señal agresiva de que pretende utilizar los aranceles como herramienta de negociación para lograr un "gran acuerdo" que rediseñe el sistema de comercio internacional. No obstante, también se especula que estas tarifas podrían ser temporales y ajustarse tras alcanzar acuerdos bilaterales.

En cuanto a la política fiscal, el nominado a secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha enfatizado la importancia de extender los recortes de impuestos de 2017 como parte central de la política económica de Trump. Sin embargo, su testimonio ante el Comité de Finanzas del Senado ofreció pocos detalles sobre cómo se gestionará el creciente déficit fiscal, que ya es una preocupación crítica. Aunque Bessent ha prometido mantener programas clave como la Seguridad Social y Medicare, su falta de claridad sobre otras áreas de gasto deja dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas en la mayor economía del planeta.

La desregulación será uno de los ejes centrales de la agenda de Trump desde el primer día, con medidas que buscan reducir la carga normativa sobre sectores clave de la economía. En energía, se espera una relajación de las regulaciones medioambientales, priorizando la extracción de petróleo y gas, junto con un menor apoyo a las energías renovables. En el sector financiero, podrían reducirse aún más las restricciones de la Ley Dodd-Frank, dando a los bancos mayor margen para operar, aunque con riesgos potenciales para la estabilidad. En automoción, la eliminación de estándares de eficiencia de combustible beneficiaría a los fabricantes tradicionales. Estas iniciativas tienen como objetivo incentivar la inversión empresarial y reducir costes, aunque podrían generar controversias sobre su sostenibilidad a largo plazo y sus implicaciones medioambientales.

La política migratoria será otro de los pilares clave de la agenda de Trump, con un enfoque en la restricción de la entrada de inmigrantes y la implementación de medidas más estrictas en las fronteras. Entre las primeras acciones se espera el restablecimiento del veto migratorio para ciudadanos de determinados países, que había sido revertido por la administración Biden. Además, se anticipan iniciativas para reforzar la seguridad en la frontera sur, que podrían incluir la reactivación de proyectos como la construcción del muro fronterizo y un aumento en las deportaciones de inmigrantes indocumentados. Estas políticas buscan reducir la oferta de mano de obra extranjera, lo que podría generar tensiones en sectores económicos clave como la agricultura, la construcción y los servicios, altamente dependientes de trabajadores migrantes. Aunque estas medidas podrían encontrar resistencia legal y política, representan un retorno a las prioridades de su primer mandato, centradas en restringir la inmigración como una estrategia para proteger los empleos nacionales.

Como podemos apreciar, el impacto de estas políticas en los mercados financieros podría ser significativo. Los sectores más expuestos al comercio, como la manufactura y la tecnología, enfrentan riesgos importantes si los aranceles se implementan rápidamente. Además, el mercado laboral podría verse afectado por las restricciones migratorias. Por último, algunas de estas medidas, sobre todo las referentes a la imposición de aranceles, tendrían un efecto inflacionista inmediato.

En definitiva, el "Día Uno" de Donald Trump promete marcar un cambio de rumbo en la política estadounidense e internacional. Mientras los mercados financieros intentan digerir la magnitud de estas políticas, la clave estará en cómo se implementen y ajusten en los próximos meses. Para los inversores, este entorno presenta tanto riesgos significativos como oportunidades estratégicas, en un contexto de alta volatilidad e incertidumbre.