¡Descubre los Depósitos de BBVA!
¿Qué tipos de depósitos bancarios existen?
Como hemos avanzado, son varios los tipos de depósitos bancarios que se pueden “adquirir”.
El primero de estos “tipos de depósitos” es el depósito a la vista. Se trata de una “mezcla” entre un depósito bancario, en sí, y una cuenta corriente. Su funcionamiento es sencillo: se ingresa una cantidad de dinero que, pasado un tiempo, genera unos intereses. Se caracteriza, principalmente, por su flexibilidad, dado que, a diferencia de otros tipos de depósitos, va a permitir la retirada del dinero, de forma parcial o total, cuando se quiera (sin esperas y sin penalización).
El segundo tipo de depósito bancario es el depósito a plazos. En este caso, y a diferencia del depósito a la vista, el dinero que se invierte se mantiene en él, por un tiempo determinado, sin posibilidad de retirarse. Pasado este período, establecido en el contrato, se devuelve la cantidad y los intereses (fijados, también, en el contrato) a su titular. Es posible, aunque solo en algunos casos, que se permita su cancelación anticipada, la cual, habitualmente, conlleva el pago de una penalización.
El tercer tipo de depósito es el depósito estructurado. Se recomienda a aquellos perfiles de inversor más agresivos, es decir, los que dan preferencia a lo que se “quiere obtener” sobre el “peligro que se asume para conseguirlo”. Suelen vincularse, habitualmente, a activos de una rentabilidad variable (y no asegurada) que dependen de la evolución de uno o varios índices bursátiles o, también, de la cotización de un grupo de acciones u otro activo subyacente. Al igual que los depósitos a plazos, hay opción de cancelarlos, previo pago de una comisión.
¿Qué otros tipos de depósitos bancarios hay?
Si bien los tipos de depósitos que se han comentado en el apartado anterior son los más comunes, existen otras modalidades que explicamos a continuación:
- Depósitos bancarios en especie (o regalo): son los que, en lugar de ofrecer una remuneración económica, se la otorgan al titular del depósito en forma de regalo (cuyo valor será equivalente a los “intereses” que se hayan generado).
- Depósitos a interés variable: en este tipo de depósito bancario, el titular, y contratante del mismo, desconoce el “beneficio económico” que va a obtener de él, el cual se relaciona, directamente, con el índice que se tome como referencia (normalmente, el euríbor). De hecho, hay casos en los que no se obtiene ninguna rentabilidad.